Ayudamos a familias palestinas con fondos para sus necesidades básicas y apoyo emocional.
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Somos un grupo de personas de diferentes países que se unen con un objetivo común: aliviar el dolor de un pueblo

Somos Gaza nace con la idea de ayudar a familias palestinas con sus necesidades básicas consiguiendo fondos para su manutención y manteniendo contacto como ayuda emocional.

También pretendemos intentar sacar del genocidio al mayor número de personas posible consiguiendo donaciones para su traslado.

Apadrinar una familia significa liderar y gestionar la organización de actividades, propuestas y fondos económicos para dar visibilidad a las necesidades de una familia palestina.”

¿Quieres ayudar?El momento es ahora

Familias a las que puedes apadrinar

Todos los testimonios han sido chequeados y verificados por nuestro equipo. Aseguramos la total veracidad de cada uno de ellos. Las donaciones van directamente a sus cuentas.

¿Qué significa apadrinar?

Apadrinar una familia es un compromiso con esa familia, es poner en nuestras manos la responsabilidad de que tengan comida a través de las donaciones que les hagamos llegar, ya sea por nosotros mismos, nuestros cercanos o las actividades que se nos ocurran para ayudar. Es darle voz en nuestras redes compartiendo sobre sus historias para visibilizar sus necesidades. Es gestionar la organización de actividades, y crear propuestas. Si ves que eres capaz de tomar este rol únete a servirles. Ellos dependen mayormente de las donaciones que nosotros les facilitamos para sobrevivir y la vida de ellos merece respeto.

Ashraf Hamdouna

Mi nombre es Ashraf Hamdouna, tengo 29 años y vivo en Gaza.
Desde hace más de veinte meses hemos estado sufriendo los horrores de la guerra: enfrentando diariamente la muerte, el miedo, el hambre y el desplazamiento.

Al comienzo de la reciente guerra, resulté herido en la espalda y necesito una cirugía urgente, pero debido al colapso del sistema de salud en Gaza, no puedo recibir el tratamiento que necesito. Poco después, mi hogar —en el que había vivido solo un año— fue completamente destruido.

Hoy estoy sin hogar. A veces me quedo en una habitación alquilada, otras veces en una tienda de campaña que no puede proteger a mi familia del calor del verano ni del frío del invierno.

GAMAL ELMASSRI

Presento a Vds mi historia durante el genocidio que dura 589 dias hasta el momento;
Soy Elmassri Gamal, del norte de la Zanja de Gaza, tengo mas de 60 anios con mi familia de 7 individuos: mi esposa, mis 4 hijas y mi hijo soltero, viviamos en nuestro casa de 4 pisos; un piso pa mi familia y tengo 2 hijos casados, un piso para cada y un piso pa mi hijo el soltero q estaba a punto de casarse en oct. De 23, pero no podido hacer su boda hasta ahora por el genocidio!!!.
Desde el primer momento del genocidio, solo teniamos 15 minutos pa salir de la casa la que fue destruida totalmente, se quedo en unos escumbros. Nuestros habitaciones, muebles, cocinas…papeles, certificados..de propiedad…no se quedo nada.

Lina Khaled Moor

Mi nombre es Lina Khaled Moor, tengo 26 primaveras. Me casé joven, con los sueños en brazos. Hoy cargo a tres almas que me llaman «mamá»: Hasan (12 años), Sham (6 años) y Zain (5 años).
Alguna vez fueron niños con risas en los labios, corriendo al colegio con mochilas de colores, comiendo con alegría, durmiendo con sus pancitas llenas y tibias.
Pero la guerra —¡ese monstruo!— les robó la infancia, la salud, ¡hasta la última miga de pan!
 Nuestro hogar en Jabalia se convirtió en escombros. Ahora vivimos en una tienda en Deir al-Balah, con paredes tejidas de miedo y un techo hecho de desesperanza.

MOSTAFA SHALOULA

In the heart of Gaza, where dust mingles with salt and silence with the roar of warplanes, we strive not just to live — but to survive. I am Mustafa, a young man in my early twenties, carrying on my shoulders the memory of a home reduced to rubble and a family that continues to stand firm amid destruction , And children who lost their childhood innocence.

MOHAMMED JAMAL

Mi nombre es Mohammed y tengo 31 años. Como cualquier joven de mi edad, soñaba con una vida tranquila: un pequeño hogar lleno de amor, una esposa con quien compartir mis días y unos hijos a quienes contar cuentos antes de dormir. Estaba a punto de comenzar ese camino, pero el viento se llevó todo.

No fue una elección mía. Soy el único sostén de mi familia numerosa, compuesta por 10 personas, incluidos tres niños cuyo único crimen fue nacer en Gaza. Cada día libramos una batalla por sobrevivir: buscando comida, agua, medicinas y seguridad.

Nuestro hogar, donde nos refugiábamos, desapareció bajo los escombros. Solo sobrevivimos con nuestros cuerpos, pero nuestras almas quedaron atrapadas allí, entre las paredes que una vez acogieron nuestras risas y sueños. No había a dónde regresar, ni un futuro claro por delante. La vida se convirtió en una sucesión de pérdidas, y cada pérdida dejó una cicatriz sin sanar en nuestros corazones.

Gaza ya no es solo una ciudad, sino una prueba diaria de resistencia humana, paciencia y esperanza, que se ahoga cada vez que escuchamos el sonido de un avión o el grito de miedo de un niño.

A pesar de todo esto, sigo en pie. No porque sea fuerte, sino porque alguien me necesita. Y porque la fe en algo mejor es lo último que nos queda. No pedimos mucho… solo una oportunidad de vivir con dignidad, como cualquier otro ser humano.

MOHAMMED AL-SAWALIHI

22 años, estudiante de ingeniería informática y trabajador en el centro comercial LC Waikiki junto a mi universidad. Al final del día salgo con mis amigos y, en mi día libre, visito a mis amigos y lugares públicos con ellos. El primer día del 7 de octubre, las Fuerzas de Defensa de Israel llamaron a mi padre y le ordenaron evacuar la casa de inmediato. Vivíamos en el norte de Al-Karamah y evacuamos la casa. No llevamos nada, ni ropa ni ninguna otra cosa. Todo lo que había en la casa quedó bajo los escombros.

MOHAMED ELKOURD

Perdí a mi padre en esta guerra, nuestra casa fue bombardeada y toda mi familia fue sacada de debajo de los escombros. Huimos al sur de Gaza con la esperanza de estar en una zona segura, pero ahora echamos de menos todo lo que es normal en esta vida. Estaba estudiando enfermería y tenía un gran sueño de convertirme en enfermera y salvar a todos los niños y adultos, y ahora mi único sueño es cómo protegeré al resto de mi familia de este bombardeo y de la brutalidad con la que la ocupación israelí está lidiando mientras somos civiles.

HOSAM ALKHALDY

Perdí a casi toda mi familia en el bombardeo de nuestra casa, yo mismo fuí rescatado de los escombros. Ahora estoy viviendo una vida muy difícil y tratando de sobrevivir y continuar a pesar de todo. Hasta hace poco tiempo estaba estudiando ingeniería en software. Mi familia y yo fuimos desplazados al sur de Gaza, a la zona que llamaban “segura”. Poco tiempo después, la casa en la que vivíamos, fue bombardeada. Con mis propios ojos, vi morir uno a uno a todos los miembros de mi familia… mi papá, mi mamá, mi hermano… y no pude hacer más que escucharlos agonizar lentamente frente a mí.

ASMAA FAWZY

Paz a todos y todas. Soy de Gaza, soy fotógrafa. Aquí la vida nunca ha sido fácil. Actualmente no queda prácticamente nada, las ciudades han sido bombardeadas y destruidas. Mi casa fue bombardeada también, con toda mi familia dentro; 3 de ellos murieron y 7 resultaron heridos. Yo me encontraba en el techo y por el impacto de la bomba caí desde un cuarto piso; me fracturé la pierna, la cadera y me lesioné la espalda.

MALAK Y SU MADRE

Actualmente están solas atrapadas en Gaza, sin ayuda alguna. Malak perdió a su padre y fue quemado frente a sus ojos, ella y su madre y vivieron momentos aterradores y su casa fue bombardeada contra ellos en la masacre de Nuseirat. Estaban juntos viviendo una vida hermosa, Malak estaba estudiando para ser enfermera en la Universidad pero actualmente es una verdadera pesadilla, viven una vida muy mala, sin apoyo para generar dinero y cubrir sus necesidades básicas.

TAMER AL-RAQAB

Tengo 21 años y vivo en Palestina. Solía vivir como cualquier joven, libre y seguro, hasta que vino la guerra. Mi casa fue destruida y gran parte de mi familia fue asesinada. No sólo perdí familiares y amigos, sino también mi universidad, mis sueños, la sensación de seguridad; cada día lucho con el riesgo a morir. Tengo 4 hermanos menores, mi mamá y mi papá a cargo mío. No hay trabajo, la comida es carísima, y no se consigue agua potable, ni medicamentos.

ABDALKARIM GHATTAS

Crecí en Palestina, donde la educación siempre fue valorada como un camino hacia una mejor vida. Impulsado por esta creencia, perseguí mi pasión por la informática y la ingeniería en sistemas, y en 2018 me gradué de la universidad. Después de muchos años de trabajo duro y dedicación, mi sueño de hacer un posgrado en la India se volvía realidad. Sin embargo, los sueños pueden volverse pesadillas muy rápidamente.

MOHHAMED ABU SHARAR

Soy de Gaza y tengo 19 años. Mi familia tiene 7 miembros: mi mamá, mi papá, 3 hermanas y mi hermanito pequeño (todos ellos son menores de 18 años). Por causa de la guerra, la escuela de mis hermanos y mi universidad (como todo el resto de las instituciones) fueron destruidas; así es que ninguno de nosotros pudo continuar con sus estudios. Teníamos un supermercado, que también fue bombardeado.

AHMED RAJAB

Tengo 20 años y soy el cuarto de 6 hermanos. En total somos una familia de 13 personas: mis padres, mis dos hermanas, sus esposos, sus hijos y el resto de mis hermanos. Vivíamos en Palestina, al norte de Gaza. Al comienzo del ataque sionista mi casa fue
bombardeada y debimos huir convirtiéndonos en una familia desplazada.

SHADI AL-ASHI

Tengo 27 años y estoy casado con Maryam, con quien tenemos dos hijos: Tulin de 2 años y Walid, que tan sólo tiene unos pocos meses, ya que nació durante la guerra. Vivíamos en el norte de Gaza, éramos administradores de una clínica dental, que junto con nuestro hogar (y toda la ciudad), fueron destruidos en los bombardeos, como así también nuestros recuerdos y nuestros sueños.

KARAZ

Ella la única superviviente entre todos los miembros de su familia el 3 de julio. Después de que la casa en la que se encontraban Karaz y el resto de su familia fuera atacada, la encontraron bajo los escombros tumbada encima de su martirizada madre Lamis, que sobrevivió a la guerra hasta el cielo. En cuanto a su hermano mayor, fue encontrado tendido fuera de la casa debido a la enorme explosión. El padre de Karaz sigue desaparecido bajo los escombros y se cree que también ha ascendido. Tiene 4 años.

IBRAHIM AKLOUK

Este es el viaje profundamente conmovedor de la huida de mi familia de Gaza: una historia que abarca más que solo nuestras luchas; contiene nuestra resiliencia, esperanza y el increíble impacto que cada mano amiga puede aportar. Todo empezó una mañana, un día que parecía normal pero que estaba destinado a cambiarlo todo.

SAIF

Tengo 34 años. Actualmente vivo en los campamentos del sur de Gaza, junto a mi esposa, su familia, 5 niños, una bebé recién nacida y una de mis hermanas. El invierno se avecina y la carpa en la que vivimos, y nuestras ropas, no están preparadas para cobijarnos del frío. La comida es escasa y muy costosa. Precisamos de su ayuda para sobrevivir.

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